El mundo del béisbol se vistió de luto este martes para despedir a una verdadera leyenda: Willie Mays. 

Conocido por su destreza incomparable en el campo y su habilidad indiscutible con el bate, Willie Mays dejó una huella imborrable en la historia del deporte, particularmente en la ciudad de San Francisco, donde se convirtió en un ícono indiscutible.

Su paso por los Gigantes de San Francisco entre 1951 y 1972, seguido de una breve pero memorable etapa en los Mets de Nueva York, lo catapultó a la grandeza y lo consagró como uno de los más grandes jugadores que haya pisado un diamante de béisbol. 

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Con 24 selecciones consecutivas para el Juego de Estrellas y múltiples premios como el Jugador Más Valioso de la Liga Nacional, Mays demostró una y otra vez su dominio sobre el juego, con la humildad que siempre lo caracterizó.

No solo era un virtuoso bateador, sino también un destacado jugador defensivo, destacándose en el outfield con atrapadas increíbles que dejaban a los espectadores boquiabiertos. Sus 660 jonrones, 3293 hits y 1909 carreras impulsadas hablan del legado que deja detrás de sí, un legado de excelencia y dedicación al deporte que amaba.

Sus logros en el terreno de juego son innumerables, pero su impacto va más allá de las estadísticas. Willie Mays fue un ícono, un referente para generaciones de fanáticos del béisbol que admiraban su habilidad, su pasión y su espíritu competitivo inigualable. 

Su ingreso al Salón de la Fama en 1979 fue la culminación merecida de una carrera excepcional, reconocida por su talento y su contribución al deporte.

Hoy, decimos adiós a una leyenda, pero su legado perdurará en la memoria de todos aquellos que aman el béisbol y que reconocen en Willie Mays a uno de los más grandes jugadores que haya pisado un diamante. 

Desde TeleSUR honramos a Willie Marys para que su nombre perdure en la historia del béisbol mundial. 

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